Fue una noche de tormenta cuando se enredó todo. Entre rayos y truenos, Anastasia, la madre de Álex, desapareció sin dejar rastro… salvo una tarjeta con una misteriosa letra «N».

No pudo quedarse de brazos cruzados… y es que luego de que la periodista Georgina Remi frustra el hurto de una famosa pintura perdida desde un cuarto secreto de la aduana de Montevideo, su instinto investigador la sumergió en un asunto turbio de implicancia histórica.

¿De dónde salieron las obras de arte que acaba de encontrar?
Por diferenes países de Sudamérica, Georgina irá buscando respuestas… constantemente amenazada, pero implacable en su meta.

El reconocido historietista Gonzalo Martínez se une al guionista Rodolfo Santullo para entregarnos esta aventura detectivesca inédita en forma de una completa novela gráfica: acompañen a Georgina a resolver el caso.

Fue una noche de tormenta cuando se enredó todo. Entre rayos y truenos, Anastasia, la madre de Álex, desapareció sin dejar rastro… salvo una tarjeta con una misteriosa letra «N».

Junto a su abuelo, el escritor y expolicía Oreste Plot, Álex se embarcará en un viaje tras la búsqueda de su madre. Pero la aventura estará lejos de ser convencional, pues nuestros héroes se moverán a través de los universos construidos con las páginas más emocionantes de la literatura. Una divertida odisea al interior de nuestros clásicos favoritos.

Santiago de Chile, Castro en Chiloé y también ciudades imaginadas por Julio Verne y Charles Dickens son escenario de esta novela gráfica de Gonzalo Martínez y Francisco Ortega, los autores detrás del premiado cómic Mocha Dick. Juntos vuelven para presentarnos un trepidante relato que es, al mismo tiempo, la aventura de un nieto junto a su abuelo y una declaración
de amor a los libros y autores con los que crecimos.

A Drew Ellis, estudiante de octavo, su abuela le ha dicho toda su vida que “tienes que trabajar el doble para ser igual de bueno”. Pero, ¿qué pasa si trabaja diez veces más duro y aún así no se te brindan las oportunidades que tus privilegiados compañeros de clase en la Academia Riverdale dan por hecho?

Para empeorar las cosas, Drew comienza a sentir que su buen amigo Liam podría ser uno de esos niños privilegiados. Se esfuerza por fingir que todo está bien, pero es complicado lidiar con la presión y no aislarse, e incluso su amigo en común, Jordan, no sabe qué hacer para mantener unido al grupo.

¿Encontrará Drew una manera de cerrar la brecha para que él y sus amigos puedan aceptarse como son? Y lo más importante, ¿será finalmente capaz de aceptarse a sí mismo?