En momentos de tensión política y social la reflexión sobre la historia cobra una vital importancia: pensar la actualidad como un proceso sobre el que, por ejemplo, los relatos de la Independencia tienen mucho que decir.

La búsqueda de un equilibrio interno –entre la capital y las regiones–, los problemas de comunicación, los intereses personales y la presión extranjera son algunos nudos dramáticos que permiten articular una síntesis de las múltiples versiones de una serie de hechos que ocurrieron hace más de doscientos años, con protagonistas como José Miguel Carrera y Bernardo
O´Higgins, que además de configurar el imaginario nacional definen el origen del país republicano en el que vivimos.

Doscientos cinco años después aún quedan historias sin contar sobre la independencia de Chile. Enrique Inda nos presenta una de ellas, la de José Antonio de Rojas, un personaje que aparece en todos los relatos, pero solo a través de menciones.

Es la narración sobre un hombre que se enamoró del pensamiento ilustrado en Europa e internó clandestinamente una de las bibliotecas más importantes de Chile en el siglo XVIII.

Pero no solo fueron libros, sino ideas las que comenzaron a congregar a muchos jóvenes interesados en la nueva sensibilidad emancipatoria, encuentros que se transformaron en la conspiración de los tres Antonios, un plan que elaboró junto a Antonio Berney y Antonio Gramusset –ambos ciudadanos franceses–, para tomarse el poder mediante las armas durante enero de 1781, con una operación que partía de la Chimba.

José Antonio de Rojas: el primer revolucionario es un libro fascinante que nos habla de la desconocida historia del precursor de la independencia y nos muestra cuánto de ese país sigue vivo en el nuestro.